lunes, 15 de diciembre de 2014

Máxima Victoria.


No ceder a las perturbaciones y presiones del otro. Crear una burbuja donde resistir a sus fluctuaciones emocionales.

Sigue los instintos más íntimos de tu corazón y persíguelos sin que intermedie la mente; que no le dé tiempo a reflexionar, a pararse a pensar si es correcto o incorrecto, bueno o malo, real o ilusorio.

Que no frenen tu progreso, tu dirección, tu camino hacia lo alto.

No dejes que te empujen otra vez hacia las aguas turbias de la emocionalidad incontrolada del movimiento pendular de un autodesconocimiento, que hace que te pierdas en esta inmensidad llamada vida.

Mantente firme, ajeno a las opiniones y estados de ánimo de los demás. Se imperturbable y ten una voluntad de hierro para que nada ni nadie te afecte.

Se dueño de ti mismo. Esa es una máxima. La máxima dicha, la máxima gloria: “Vencerse a uno mismo.”

martes, 9 de diciembre de 2014

Vientos lúcidos.


Deja tu muralla entreabierta, sube las persianas, abre las ventanas y ventila bien el olor a cerrado de tu interior. Permite que penetre de sol, que entre el viento, que se llene de vida ese rincón de tu alma al que le da miedo mostrarse tal y como es hacia el exterior.
Abraza la vida en su plenitud, conténtate y da gracias por el simple hecho de existir. Comparte tu alegría y ganas de vivir, y despréndela, para que aquellos que convivan contigo ,se contagien y vibren en una frecuencia de armonía y amor.
No prejuzgues a nadie por tal o cual comportamiento, todos hemos de pasar por diversas situaciones para aprender de  nuestros errores y acertar.

Bríndate la oportunidad  de seguir creciendo y de alumbrar esa sombra que cada vez se hace más presente, pero al mismo tiempo, menos temible y pequeña.
Juntos iluminaremos la magnánima experiencia colectiva y conjunta de compartir nuestra esencia divina que portamos en nuestro interior.