La presión se acerca a lo estructural del inevitable avance que nos espera.
Todo sigue un curso que se escapa de nuestro control.
Ya no sujetamos los hilos de lo que pretendemos hacer, nada es permitido en nuestra andadura espacial.
Desplazándome con lentos movimientos, con la anti-gravedad que hace desvanecerse mis tenuas ilusiones.
El corto plazo no existe, todo es un agujero de intermedios grises donde perderse es lo más fácil.
Me estoy hundiendo en él, me atrapa, no me deja escapar, mis manos no alcanzan a rozar la luz.
Noto como el aire se evapora, como mi cuerpo se solidifica en lo inerte del material fúnebre de lo hermético.
Abro los ojos, no veo, me succiona frenéticamente entre su realidad exacerbada de odio.
El universo desaparece, y ninguno de nosotros podemos hacer nada.
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