Fugarse.

Decisiones abruptas, que se acercan a lo condicionante de tu camino.
No lo puedes controlar, te viene sin más, consigues resistirte como alternativa a la única opción.
Viene lo hegemónico, lo dominante, lo mayoritario, esas fuerzas de la masa circundante que te arrastran en su devenir de miseria, en sus costumbres simples, en su pensamiento plano y falto de curvas que marquen la diferencia.
Se nublan las texturas, lo que te hace distinto a la esencia de las entidades, esas que impregnan tu entorno más inmediato.
Yo sé, que tu ves mucho más de lo meramente visible, te acercas a lo interno, a lo capturable, te mueves por estimulos irracionales.
La intuición se vuelve el vehículo de tus proyecciones, en un futuro en el que han cortado tus ataduras.
Te estás conviertendo en uno más, la singularidad de lo que permites, se vuelve en contra de las particularidades de lo que prohíbes.
Simplemente, miras la salida extendiendo tus alas, pero te das cuenta de que eres uno más, otro que se queda en su cueva, esperando la cuenta atrás.