Lo estamos cruzando juntos. Una travesía doliente, zarandeada por los embistes del
desánimo, de la dureza del entorno.
No nos acompañó la calidez que previmos, surgió
tempestad, viento en contra y demasiadas gotas afiladas atravesando nuestra
entereza.
Nos debilitamos a las primeras de cambio, a la primera
piedra encontrada en el camino, quizás, nos faltó resistencia y creer en
nuestras posibilidades.
Intentamos surcar el océano. En su mitad, nos dio
verdadero pánico y decidimos parar en un islote de estructura pedregosa y
dudosa firmeza, como si fuera un
salvavidas temporal, pero en realidad, ¿Ver la tormenta desde fuera era la
mejor opción?
Nuestro islote se hundía cada vez más, y nosotros, sin
escapatoria, intentábamos hundir nuestros pies lo más fuerte que pudimos, con
el único fin de eludir el gran estruendo de tempestad que nos esperaba.
No hubo otra opción, tuvimos que volver a mojarnos y
afrontar nuestros miedos en la enormidad del océano.
Solos ante el peligro, nos vimos desnudos, sin
opacidades ni distorsiones de ningún tipo, avanzando sin apenas respirar, con
el rostro afligido y el corazón
amurallado para que no penetrara más sufrimiento.
La situación se volvía más endeble, un vaivén de
emociones que emanaba una furiosa brisa de abatimiento. Nos quedamos sin
fuerzas, sin la pasión que nos hizo empezar este viaje, sin voluntad para seguir navegando entre las
olas de nuestros sueños.
Nuestro plácido viaje se había vuelto en un tornado de adversidad e intolerancia a nuestra apacible calma.
Nuestro plácido viaje se había vuelto en un tornado de adversidad e intolerancia a nuestra apacible calma.
Ahora, en medio de las inclemencias del entorno,
estamos más fuertes que nunca, más preparados que cuando comenzamos, mucho más
nutridos y experimentados, con muchas más ganas de demostrar lo que en realidad
somos.
Nos empapamos de su sudor, de su coraje, de su
fragancia, nos impregnamos de su vitalidad, de su vigorosa fuerza, nos
contagiamos de su entusiasmo e ilusión. Ya no podrán con nosotros, no nos
conseguirán parar, lograremos cruzar el océano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario