¿Por
qué estamos aquí? Por más que me lo pregunto, no hay respuesta que alivie esta
angustia de desconocer mi origen.
¿Por
qué no recordar quienes somos en realidad? ¿Por qué nos disfrazamos con un
avatar-biológico sustituto y con una mente que no es nuestra?
¿Por
qué poseemos la dualidad en nosotros mismos? ¿Por qué existen esas poderosas
contradicciones internas en nuestra naturaleza?
¿Cuál
es el propósito de nuestra existencia?
¿Evolucionar?
Pero,
sino recordamos quienes somos, ni de dónde venimos, ni adónde vamos…¿Qué sentido
tiene?
No
somos conscientes de las experiencias de los ciclos de vidas que hemos
experimentado…y ¿Por qué ser conscientes de nuevo, cada vez que entramos a un
cuerpo distinto? ¿Por qué no recordar
que es aquello que hicimos, para no repetirlo eones de veces y evolucionar más rápido?
¿Cómo
salir de esta esclavitud infinita de nuestras almas? ¿Hay solución? ¿Conseguiremos
el objetivo que nos marcamos antes de ingresar a este enésimo cuerpo?
¿Cuál
es ese objetivo?...Tal vez… ¿Recordar quienes somos en realidad?, pero ¿Cómo lo
hacemos?
Aquí
se acabaron las preguntas de la mente, y solo vale responder con el corazón.
Tenemos que conocernos a nosotros mismos, la verdadera lucha no está en tus proyecciones holográficas externas, los demás son producto de tu inconsciente que aflora para que observes las profundidades de tu interior.
Tenemos que conocernos a nosotros mismos, la verdadera lucha no está en tus proyecciones holográficas externas, los demás son producto de tu inconsciente que aflora para que observes las profundidades de tu interior.
La
lucha real no está sino en ti mismo.
La
lucha es con uno mismo, resistir a la dualidad interna, a nuestras
contradicciones inherentes, a los ataques energéticos inducidos sutilmente a
nuestra genética.
La
clave está en darnos cuenta de quienes somos en realidad, ¿Estamos actuando
nosotros, o actúan por nosotros y creemos que somos realmente nosotros?
Y
esto, no es solo la brutal programación y condicionamiento de las estructuras
socio-económicas e ideológicas que nos invaden, sino que está dentro de
nosotros, en nuestra propia genética.
Debemos
auto-observarnos a cada instante, para reconocer la activación de nuestra parte
negativa, la cual, nos genera ira, odio, envidia, celos, guerra, egoísmo, irresponsabilidad,
competitividad, cálculo y racionalidad extrema, falsedad, enfermedad, dudas y miedos irracionales, estrés,
depresión, tristeza, cansancio, abatimiento, letargo, vagueza, angustia y
aburrimiento.
Esto
es, TODO en este holograma está diseñado para exaltar o activar esa parte
constitutiva de nuestra naturaleza biológica, y generar la desunión de nosotros
mismos y de los demás.
El
desafío de los humanos, es aceptar nuestra naturaleza (impuesta) e intentar
trascender esa dualidad de ida y vuelta, activando permanentemente nuestra parte lumínica, la correspondiente a
la comprensión, la inocencia, la empatía, la salud, el equilibrio emocional, la
convivencia armónica, la paz, la alegría, la honestidad, la belleza, la verdad, la
plenitud, la misericordia, la responsabilidad,
la justicia, la consonancia con las leyes de la naturaleza, la libertad del
desarrollo pleno del libre albedrío y el amor.
Esta,
es la parte lumínica que constituye nuestro verdadero ser. Somos luz, y ese es
nuestro origen y nuestro destino, la unión con nuestro verdadero ser.
Debemos
activar la luz que hay en nosotros para salir de la eterna oscura noche del
alma en la que estamos inmersos.
Abracemos
la vida (del universo) en su totalidad, elijamos el desarrollo de la luz, para
alumbrar la oscuridad que nos asola.
Vibremos
alto, seamos alegres para con los demás, y lo seremos con nosotros mismos. Todos venimos de la misma fuente y todos, sin excepción, llegaremos a ella.
Nuestra verdadera lucha, está en resistir los embistes de la oscuridad, debemos cultivar la fortaleza interior para no sucumbir en sus ataques. Para ello es necesario ser conscientes y estar atentos de nuestro comportamiento. Es muy importante.
Solo
estamos a un paso para conseguir nuestra liberación definitiva. Están
acorralados, ya no les quedan más planes, más recursos para retenernos.
Nosotros
estamos brillando, somos la cerilla que ilumina la habitación oscura. Ya vemos
la puerta, solo falta encontrar la llave que abra la cerradura y salir hacia la
luz.
Trascenderemos
los limites de esta prisión, volveremos a ser, aquello que algún día fuimos en
su plenitud, y que aún hoy seguimos siendo, luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario