La falta de
conocimiento y mi necesidad de ansiarlo, me hace estremecer a cada instante.
Como un simple
pececillo falto de experiencia que se hunde cada vez más, cuanto más intenta
salir, que le lleva la corriente a lo más profundo del mar, hacia la oscura
inmensidad de las aguas faltas de oxígeno.
Solo queda ir a
contracorriente mirando hacia arriba y esperar que algún día cambie la
dirección a favor.
Cultivando la
espera y la paciencia como método de apaciguamiento en el cambio de marea que se avecina.
Simplemente,
abrir las branquias y dejar que penetre los rayos acuosos del sol.
Pronto el vacío se llenara de esplendor y sabio resplandor.
Pronto el vacío se llenara de esplendor y sabio resplandor.
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