No ceder a las
perturbaciones y presiones del otro. Crear una burbuja donde resistir a sus
fluctuaciones emocionales.
Sigue los instintos más
íntimos de tu corazón y persíguelos sin que intermedie la mente; que no le dé
tiempo a reflexionar, a pararse a pensar si es correcto o incorrecto, bueno o
malo, real o ilusorio.
Que no frenen tu
progreso, tu dirección, tu camino hacia lo alto.
No dejes que te empujen
otra vez hacia las aguas turbias de la emocionalidad incontrolada del
movimiento pendular de un autodesconocimiento, que hace que te pierdas en esta
inmensidad llamada vida.
Mantente firme, ajeno a
las opiniones y estados de ánimo de los demás. Se imperturbable y ten una
voluntad de hierro para que nada ni nadie te afecte.
Se dueño de ti mismo.
Esa es una máxima. La máxima dicha, la máxima gloria: “Vencerse a uno mismo.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario