martes, 26 de noviembre de 2013

Ciberconsumismo deshumanizado.

Interesante cortometraje-reflexión sobre el ciberconsumismo desmesurado actual y las consecuencias a nivel socio-relacional.

Somos individuos aislados cuya existencia es dada por la moda tecnológica del momento, la cual,  utiliza la obsolescencia programada para "programarnos y reprogramarnos" en la creación artificial de un sin fin de ciber-necesidades esclavizantes.

Sumergidos en nuestra burbuja digital, nos convertiremos en meta-colmenas ingenierizadas socialmente, a través de una dictadura digital, dotada de un colectivismo atomizado jamás visto anteriormente.

http://www.youtube.com/watch?v=NCwBkNgPZFQ

sábado, 23 de noviembre de 2013

Cambio de intereses.


¿Por qué he de regalar mi tiempo a alguien en contra de mi voluntad y que, además,  se aproveche de mí,  y de otros?

A menudo me hago esa pregunta, y me reafirmo más en mi posición.

Según como está planteada la relación laboral global de hoy en día, si accedes a ésta, serás un esclavo. Se acabó tu organización personal del tiempo, tu libre albedrío y el ejercicio con total libertad del uso de tu voluntad. (Para mí, el bien más preciado que puede tener un ser humano).

Este sistema nos engaña planteándonos el trabajo como autorrealización personal, pero es que, ¿es realmente, ese desempeño laboral, algo que sale intrínsecamente de nosotros o hemos sido inducidos a aquello que nos tiene que gustar? Y es más, ¿Eso que nos gusta (o, lo que es lo mismo, que ha sido inducido a gustarnos) está dirigido hacía el cumplimiento de una serie de intereses que benefician exclusivamente a los que tienen ese poder de imponer esos gustos o preferencias?

Pues mi respuesta está muy clara, sí.
Sí, nuestros gustos han sido condicionados por aquellos que tienen el poder de imponerlos y que, a su vez, los diseñan para que nosotros (los que vamos a desempeñar esos “gustos”) cumplamos esos intereses, y que, al mismo tiempo, lo hagamos “gustosamente”, es decir, que pensemos que nuestra auténtica máxima autorrealizable en la vida, es la materialización de ese gusto condicionado social y culturalmente, y que, por lo tanto, no opongamos resistencia, estemos convencidos y conformados en esa realidad que aceptamos sin rechistar.

Mi construcción como ser humano, no se rige por esas relaciones o intercambios mercantilistas/productivistas, yo aprecio el uso libre de mi voluntad y nunca me dejaré doblegar por los disvalores economicistas, materialistas y anti-humanizadores que promueve este sistema devorador de lo humano (y hasta de sí mismo).

He de admitir que salirse totalmente del sistema conlleva a la marginalidad y ostracismo absoluto, es más, conduciría a la periferia sin paliativos, pero me pregunto ¿es que no lo estamos ya?,
¿Quién se puede considerar  en la actualidad, “querido” por este sistema productor de suicidio físico y espiritual?

No tenemos nada que perder si damos la espalda a esta moribunda forma de vivir, cuyos últimos coletazos de vida está mostrando, y que más va a azotarnos con su peor versión ( y sí creedme, existe una peor versión que veremos muy pronto) .
Estamos en el momento de cambiar las cosas, hay un cambio de era en ciernes y debemos ir al unísono con la energía del cosmos, comprenderla y actuar en consecuencia. Estamos en un momento crítico de la recuperación de lo humano, o lo hacemos ahora o será la eliminación de nuestra especie.  
Es momento de despertar y sumergirse en la apertura temporal de la luz humana.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Brebaje mortal.

Todos reunidos, miramos conjuntamente al sol.  El cielo despejado, se cubrió de nubes negras producidas por nuestra oscura retina. 

Un rayo nos sacudió violentamente, y de repente, ahí, apareció.
Su estupor nos asombró, nos quedó  estupefactos,  nos congeló el corazón sin posibilidad de generar sonido.

El olor que llenaba nuestros poros, comenzó a excitarnos de forma irracional, no parábamos de salivar, nuestra boca chorreaba, chorreaba hasta inundar la cerámica ajedrezada sobre la que pisábamos.
La frecuencia que irradiaba, hacía sentirnos en sintonía con su seductora pose.
El atractivo magnetismo  que emanaba, nos hacía desprendernos de toda racionalidad, y, en ese preciso instante, comenzaron a fluir nuestros instintos más voraces.
 
En el ferviente deseo de que su espectro fuera nuestro, decidimos rodear su contorno por un hilo en llamas, y comenzó a brotar fuego, un fuego intenso. Surgió una llamarada arremolinada, podíamos sentir el calor, el sudor nos caía a borbotones.
Las brasas rozaban su piel, se hacían dueñas de su cuerpo.
La situación nos excitaba más y más, mucho más, cuanto más oíamos sus gritos, sus lamentos, sus débiles quejidos.

Vimos sus lágrimas evaporarse, sus labios carbonizarse, su corazón calcinarse, su respiración apagarse y su alma volatilizarse en polvo de cenizas.

Entre fuego estuvimos, entre llamas lo hicimos. Bebimos todos de nuestro brebaje y acabamos muertos.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

En el espacio del no-tiempo.

 
Con el ansia de salir, de huir, de descubrir mundos, dimensiones. De explorar constelaciones, galaxias, universos, el cosmos entero.
Con el terrestre sentido del apego, la necesidad, la carencia, la falsa seguridad, aún, siento muy adentro el miedo. Ese miedo que pensé que había superado, pero que ha vuelto de nuevo, otra vez, y no sé si en esta ocasión, es para quedarse.

Estas dos partes de mí, me destruyen por dentro, me mantienen inerte, inmóvil, postergado a la invisibilidad de mi esencia verdadera.
Se ha cerrado la apertura temporal y ni siquiera sé, si realmente se abrirá otra nueva.

Mi situación actual no tiene salida, no tiene vuelta atrás, es como si fuera un punto muerto donde algo superior a mí, que transciende mi propia consciencia, decidiera por mí, y yo estuviera sumergido en una vida de ilusión ficticia, enfangada de elementos que escapan a mi comprensión.

Llega la noche,  la oscuridad ciega, el silencio ensordece, el olor embriaga, el gusto empalaga y el tacto quema con ese sudor ardiente que producen los temblores de mi mente.
Soy la simultaneidad de lo que fui, de lo que soy siendo y de lo que seré. El presente no existe, es simplemente la fugacidad instantánea del no-tiempo.