sábado, 27 de septiembre de 2014

Alquimia eterna.


Saliendo de la atmosfera, aterrizamos en un paisaje árido. El viento nos azotaba la cara, no conseguíamos abrir los ojos por completo, respirábamos a duras penas, nos empujaba hasta la extenuación.
No lo podíamos soportar más, interrumpió nuestro momento. Era nuestro mejor momento para hacerlo. Algo no quiso que lo hiciéramos.
Todo fue planificado, nos hizo cambiar de dirección.
Se veía borroso, nuestras pupilas no conseguían regular la nitidez de esa oscuridad.
Nos plantamos sin saber que hacer, allí todos juntos, esperábamos el abismo.
Esa esfera de oscuridad se acercaba cada vez más, se hacía más nítida cada segundo.
Asustados abrimos los brazos y nos entregamos a los elementos.
El aire, la oscuridad, la esfera, la arena, nuestro sudor.
Sentimos como nos fundimos con la luz, nos fusionamos sin que nos diera tiempo de reaccionar.
Estábamos allí adentro, formábamos parte de ella. Nos convertimos en luz.
Ahora, sutiles como el viento, danzamos entre el universo rellenando ese vacío que sentís dentro de vuestro corazón.
Bombead vuestras sensaciones, emociones, vuestros miedos, permitid que salga todo a la superficie.
Ahora es el momento de transmutar, de alquimizar vuestras energías.
Sublimad vuestra vitalidad, y convertidla en oro liquido, en inmortalidad, en pura eternidad.

martes, 23 de septiembre de 2014

Aliento vital.


La vasta completitud del universo aflora en las demasías boreales del horizonte, impregnándose en las maravilladas ausencias de los anhelos ensimismados de un mundo mejor.

Visiones entorpecidas, por ilusiones creadas desde la licuadora mental que se desvanece en los derroteros del tiempo.

Teorizamos sobre un psiquismo que nos invierte al encadenamiento superfluo de la imaginación, que se derrumba en los puntiagudos y estridentes sonidos que machacan nuestra percepción.

Oscurantismo minimalista, vaciedad de plenitud efervescente fagocitadora de los designios del fuego interno.

Bandazos de extraños caminos, torpedean la rectitud de los andares pétreos del alma.

Embriaguez de la inmanencia embotadora como circuito magnético de la interdependencia universal.
Defenestrado aliento, que se difumina en el polvo de estrellas de la inmensidad.

jueves, 4 de septiembre de 2014

La nada alcohólica.


En el mundo inhumano e invivible que nos ha tocado vivir, solo nos queda una cosa: beber alcohol, mucho alcohol.

Desde la ideología dominante se nos impone, a través de una  placentera persuasión publicitario-propagandística, una cosmovisión del  mundo en cuya centralidad se encuentra  el vacío espiritual, la nada existencial, el nihilismo patológico y un hedonismo banal  e hiper-consumista, que hace de nuestra vida una amarga y cirrótica no-existencia.

Como seres nadificados,  vacios, superfluos y teledirigidos por los aparatos de dominación de la sociedad de consumo, buscamos el anhelo en lo externo como salvavidas a nuestra interna insustancialidad prefabricada, la cual, nos arroja al abismo individualista del que solo nos olvidamos cuando por nuestra garganta tragamos alcohol, mucho alcohol.

La depresión, la frustración, la desesperación,  la soledad enfermiza, la desustancialización de lo constitutivo de la esencialidad humana en detrimento de la impersonalidad y robotización automatizada,  hace que seamos seres zoológicos sin nada por lo que vivir, que buscan su auto-aniquilación a través de conductas promovidas  y socialmente aceptadas como la alcoholización masiva abusiva de nuestros días.

En la sociedad subhumanizada actual, nos han inducido, a través de la construcción y planificación de toda nuestra no-existencia,  a la autoagresión y al suicidio indirecto para programarnos como seres  esencialmente productivo-consumistas y no-pensantes, cuyo único sentido existencial es la obtención de un constante goce-placer animalizado e infantilizado, prediseñado para mantenernos dóciles, envilecidos, evadidos y alejados de nuestra verdadera naturaleza y realidad existencial.

Simplemente, bebemos para alcoholizarnos, estar embriagados, y no pensarnos a nosotros mismos.