jueves, 27 de noviembre de 2014

Camino trascendente.


Lo importante en la vida es caminar el camino sin preocuparse de llegar al destino. El esfuerzo en mover las piernas, paso a paso, con constancia y perseverancia, hace que nos desplacemos en el aumento de nuestra experiencia vital.

Nunca aceptes nada dado del otro. Siempre realiza tus propios movimientos y procúrate las cosas por ti mismo.
La independencia y autonomía en el accionar de tu camino es la única meta. Busca la trascendencia en tus acciones, lucha por materializarla.

¡Qué más da si al final lo consigues! Tu coraje y empeño en que así será, es lo verdaderamente importante.
El continuo combate de la vida está en nosotros mismos. Debemos vencer nuestra tendencia hacia la pereza, flojera, vaguería y languidez para superarnos a nosotros mismos, y hacer del deber y del esfuerzo nuestros ideales más magnánimos con los que encumbrar una vida épica y llena de heroísmo.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Ser parte.

Soltar lo que ya no te hace falta, deshacerte de lo que ya no vibra en tu interior.  Si ya no resuena, fuera. Ya no te sirve. Esta disuelto en tu momento actual.
Observa dónde estás, fíjate bien por donde te mueves y cuál es tu alrededor. ¿Te gusta? Sigue. ¿No te gusta? Cámbialo. No pierdas tiempo, quizás mañana ya sea demasiado tarde.
Medita bien tu decisión, escucha a tu corazón y obra en consonancia, en concordancia con sus latidos, uno a uno te van guiando en tu camino.
Busca la coherencia en tus pensamientos y actos, así serás un todo indivisible, integrado y completo en el que la exposición ante la mirada ajena, ya no tiene importancia para ti. Solo mira tú interior y busca lo mejor de ti, así encontrarás tu calma y tranquilidad de ánimo para entregarte sin condiciones a la humanidad en su totalidad.
Ese es tu propósito, ser parte integral del todo humano al que perteneces.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Todos somos.

Escoge la espada con la que afinar tu visión y afílala hasta que quede impoluta. Deshazte de todos los prejuicios, estereotipos e imágenes arquetípicas que te inocula la estructura mediático-cultural.

No hagas caso a lo que te ordenen desde arriba, desenchufa el cable que te conecta a sus productores de realidad y crea la tuya propia. Experimenta y vive tu propia vida, no la de otros.

Que nada ni nadie te condicione nunca. Simplemente cede ante los otros cuando tu voz interior brote tu conciencia ética para trascender la máscara que utiliza tu personalidad artificial. Solo así, te fusionaras con los otros sin remilgos ni reticencias, pero nunca pierdas tu individualidad en el proceso.
Siempre debes hacer gala de tu carácter único, irrepetible, singular, auténtico y brillante con el que enriquecer tanto tu propia realidad como la de aquellos con los que nos relacionamos. No te angusties, ni te encierres en tu caparazón de odios, rechazo, envidias, celos, codicias, rencores…
 
!Maduremos de una vez!

Todos, sin excepción, representamos las proyecciones de cada uno de nosotros. Unas veces tú eres yo, y en otras ocasiones yo soy tú, pero...
 
¡Siempre somos todos!

martes, 18 de noviembre de 2014

Palabras perdidas.


Las palabras se las lleva el viento. Son una torpeza involutiva con las que creamos nuestra errónea y distorsionada realidad.
Los sentimientos que acompañan a esas palabras, son lo verdaderamente importante, el contenido oculto que llevan aparejados es lo esencial para entendernos y comprendernos.

La empatía y la conexión vibratoria entre nosotros, es nuestra única esencia, el rastro de nuestro carácter telepático perdido en los albores del tiempo.

Mirarse a los ojos es suficiente. Solo con una mirada frente a otra, el corazón se mueve en espiral conectándose con lo más profundo de nuestro ser y  recorre nuestra memoria para aprehender, recoger  y traer a nuestro instante presente, ese recuerdo que nos evoca el magnetismo visual que surge entre nosotros.

Las palabras sobran. Son un obstáculo para el entendimiento del ser. Cuanto menos se hable mejor, cuanto más se escuche, mucho mejor.

La clave está en escuchar, para recordar, y después, aplicar.

martes, 11 de noviembre de 2014

Diversidad única


Golpe directo al lugar más vulnerable, a donde el orgullo se ancla con raíces gruesas, incrustadas en la hondura de la piel.
Bajarse del pedestal y reconocer que la exclusividad es pura ilusión ególatra.

Nadie es mejor que nadie.
Simplemente cada uno exterioriza su talento como mejor puede, no admite comparación con el talento de la otra persona, dado que él, en su subjetividad, proyecta un mundo totalmente diferente a la subjetividad del otro.

Cada uno tiene un significado subjetivo y específico de las cosas, su visión, circunstancias, historia y su propia mirada propia del mundo.
En eso consiste nuestra existencia, en que cada uno de nosotros descubramos con nuestra propia peculiaridad y singularidad – todos somos únicos -  la realidad que percibimos, alimentando así, la riqueza y diversidad creativa del mundo en el que vivimos.

Debemos aceptarnos y evitar agravios comparativos entre nosotros, cada uno es un universo en sí mismo, y cada uno aporta algo diferente, único y auténtico a nuestra naturaleza esencial.

Sueño quimérico.


Resistir a los designios diseñados por el otro.
Siempre buscando la parte auténtica de uno mismo, crear la propia voluntad, la propia decisión y la propia acción.

El ardor es el signo de una dolorosa derrota que nos ha sucumbido, pero hoy está de nuevo expresándose en pleno fervor, el ánimo de un espíritu imbatible, imperturbable, eterno, que se levanta una y otra vez hasta vencer las quimeras oníricas de este mundo ilusorio.
Convertir la fugacidad de la vida en un encuentro eterno con lo increado. Este es nuestro destino y así debe ser.

En la búsqueda del honor y la lealtad encontraremos el retorno hacia el origen.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Lucha lumínica.


La lucha es el único camino del guerrero incansable. De ese caballero que sortea todas las ofensas, amenazas, prejuicios y diversas faltas de respeto que soporta pétreamente sin utilizar su espada, con solo una simple mirada ya basta para darse su lugar, imponer una presencia, para poner a cada uno en su sitio.

Es una ardua batalla, en la que los adversarios son muchos, son todos, incluso él mismo, pero en el está la clave de la liberación.

Debe desafiar a sus propios demonios reflejados en la gente que más quiere. Esta es la inmensa prueba, extraer de sí mismo el componente demiúrgico que contamina su sangre.

¿Qué hacer?

¿Emprender un nuevo camino y alejarse del tenebroso destino que le espera? ó ¿Quedarse a pelear entregado completamente a su destino y combatir contra esos monstruos que le vilipendian en la sombra más oscura de su oscuridad?

Si escoge la opción de alejarse, esos demonios no le dejarán tranquilo, en paz, los llevara consigo allá donde vaya.

¡Hay que hacerlos frente, cara a cara, donde más nos duele! ¡Enfrentarse a ellos sin esperar un resultado!

Es una lucha de todo o nada. Cuanto más te entregues a la causa, más iluminarás tu luz.