martes, 4 de febrero de 2014

Situación del individuo actual y necesidad de revolución YA.


El individuo actual se caracteriza por poseer una capacidad de raciocinio ínfimo, una conformidad plena con la realidad ficticia en la que vive y una nula inquietud en la búsqueda de la verdad.

Ni siquiera se da cuenta de que los placeres de los que aparentemente disfruta son regalos envenenados que sirven para su auto destrucción.
Una autodestrucción que viene prefabricada por los aparatos del poder y que se imbrica de forma brutalmente interiorizada en el individuo.

Este hecho hace que en la actualidad, el individuo viva en el sistema más opresor de la historia de la humanidad, ya que, no solo por el poder descomunal del sistema de dominación, si no porque el principal censor de la vida humana es el propio individuo.

Un individuo totalmente subyugado a ideologías destructivas de lo humano, que embotan y envilecen sus mentes, que mecanizan y automatizan comportamientos robotizados (que están diseñados desde la élite hegemónica), cuya preocupación en la vida se torna unidimensionalmente a la satisfacción de las necesidades más primarias y primitivas, envueltas de un hedonismo hiper-consumista, que propugna el culto a un absolutismo totalitario de materialismo chabacano y banal, a través de una mediatización teledirigida que controla la pulsión del inconsciente individual y colectivo hacia una cosmovisión vital animalizada o zoológica.

Nuestro plazo para cambiar este sistema se está acabando y nosotros seguimos apropiándonos del papel de víctima y echando la culpa a los “otros”.

Siempre igual, nosotros fuimos “personitas sin conciencia” que nos han engañado con un juego que nos daba mucho “gustito”, pero que ya el papaíto Estado (y su retoño, el capitalismo) se ha cansado de cuidarnos y ha dicho basta.

Y nosotros, ¿Hemos dicho basta?
No, rotundamente no.

Smos neo-esclavos que aman las cadenas de su amo. Nuestra capacidad de conocer la verdadera situación en la que estamos, es de una ceguera atroz.

Salimos a la calle como cabestrillos desorientados que recorren una y otra vez el mismo camino que les ha enseñado su amo, y no es que tengan miedo de salir, si no que no tienen constancia  (y ni siquiera se lo plantean ni se lo imaginan) de que existe otros caminos en el que podremos caminar sin cadenas, seremos libres para explorar todas nuestras capacidades.

En la actualidad, el individuo solo tiene aspiraciones materiales, las cuales, se concretan en un economicismo total de la vida.

La economía y, concretamente, el dinero (la figura central que en la actualidad rige la conducta humana, tanto interior como exterior) son la centralidad de su existencia, por lo tanto, el individuo actual ama sus cadenas, ama la esclavitud.

Un claro ejemplo de ello,  es la obcecación  en encontrar un trabajo sea como sea, fuere como fuere. Todo en esta vida se resume en tener un trabajo asalariado con el que obtener un mísero salario, que ni siquiera llega a satisfacer la totalidad de las necesidades vitales, e incluso antes de satisfacer dichas necesidades, su prioridad es pagar y pagar y pagar y pagar y pagar, los impuestos y tributos que los “señores estato-capitalistas”  les imponen y ellos, como norma de conducta, acatan sin rechistar.

En este momento en el que el sistema de dominación está mostrando atisbos de debilidad, se están preparando las condiciones objetivas para realizar una actuación revolucionaria  para dar el paso y preconizar un cambio sistema hacia otro donde el aparato estatal-capitalista sea ausente en la totalidad de la vida humana y exista una sociedad autogestionada donde predominen las banderas de la libertad, de la justicia social y de la existencia de la VERDAD.

Estamos cerca de llegar a un punto sin retorno, no nos limitemos a exigir medidas reformistas de carácter economicista-llena estómagos y luchemos por una verdadera sociedad donde existan ideas y una ética que integre lo constitutivo del ser humano: el camino hacia  una sociedad de la verdad y espiritualidad humana.

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