miércoles, 9 de julio de 2014

Infraseres autonarcisistas.

El individuo actual es incapaz de adquirir un compromiso a medio/largo plazo, y menos aún, responsabilizarse de sus acciones.
Motivado por la desidia, languidez y letargo extremo, actúa por inercia, sin pararse a pensar si lo que hace, en realidad lo hace él mismo, o es simplemente un comportamiento porque sí, y punto.
No hay cuestionamiento ético de las propias acciones, se inician proyectos (en el caso de que así sea, ya que en la actualidad, ni eso) en el que las personas involucradas simplemente velan por sí mismos y por sus intereses, sin tener en cuenta a las demás personas (ya que si no se ha dado cuenta, también son sujetos con necesidades, deseos, aspiraciones y motivaciones)
El individuo de hoy, vive en un autonarcisismo que le hace ser incapaz de sentir alteridad, esto es, ver al otro como un “otro” diferente de sí mismo, como un sujeto del cual puede obtener una experiencia más allá de sí mismo.
Esto, hoy no es posible, el autoenamoramiento e hipersubjetividad ególatra del individuo hace imposible la formación y consolidación relacional-grupal, lo cual, implica un deterioro de la convivencialidad y unión entre los individuos y la comunidad en su conjunto.

¿Por qué esta egolatría del individuo contemporáneo?
Tal vez, sea porque necesita de una actitud tal (o al menos en apariencia - lo cual constituye una ilusión igualmente- ), ya que si no, se perdería en el océano de insignificancia y nadificación que produce el sistema, generando, a su vez, infra-seres solitarios y atomizados.
Se ha perdido lo esencial de lo humano, es decir, el encuentro con el otro.
Ya no hay fusión, ni experiencia intima, ni capacidad de creación creativa conjunta.

Lo único que nos queda es acudir a un individualismo del “sálvese quien pueda”, ya que nadie nos va a solucionar nada, excepto nosotros mismos ( y dado el estado de cosas actual, lo dudo).

No hay comentarios:

Publicar un comentario