domingo, 12 de enero de 2014

Acuosa espera.

¿Cuál es el camino que trascendemos?,  ¿Cómo sabemos qué momento es el adecuado?, ¿Qué dirección tomar?

La falta de conocimiento y mi necesidad de ansiarlo, me hace estremecer a cada instante.
Como un simple pececillo falto de experiencia que se hunde cada vez más, cuanto más intenta salir, que le lleva la corriente a lo más profundo del mar, hacia la oscura inmensidad de las aguas faltas de oxígeno.
Solo queda ir a contracorriente mirando hacia arriba y esperar que algún día cambie la dirección a favor.
Cultivando la espera y la paciencia como método de apaciguamiento  en el cambio de marea que se avecina.
Simplemente, abrir las branquias y dejar que penetre los rayos acuosos del sol.                                  
Pronto el vacío se llenara de esplendor y sabio resplandor.

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